EL EJÉRCITO DE KARAK-HIRN (TERCERA PARTE)

Continuamos tratando de cuidar el transfondo oficial de la Fortaleza del Cuerno, citando textualmente el Libro de ejército de sexta edición,  que en las páginas dedicadass a la historia del Rey Enano de Karak-Hirn describía a sus huestes de la siguiente manera: 

 "... y la simple visión de sus ejércitos alegraría el corazón de un viejo guerrero, con filas y filas de Guerreros del Clan y de Rompehierros respaldados por leales enanos con ballestas, tal y como eran los antiguos ejércitos". 

Sinceramente creo que todo enano brindaría en honor del buen Rey Alrik Ranulfsson  y he querido honrar sus preferencias, dedicando esta entrada al núcleo central de mi ejército. 

LOS GUERREROS DEL CLAN CON ARMAS A DOS MANOS

Como ya comenté en otra ocasión, la mayor parte de estos guerreros los compré pintados y en bastante mal estado. Algunos necesitaron de reparaciones (faltaban brazos, hachas rotas...). Otros simplemente necesitaron de una hospitalización completa pero lamentablemente no conservo fotos de su estado inicial, ya que hace aproximadamente un mes perdí el móvil con cientos y cientos de fotos de miniaturas dentro (menos mal que no tenía nada más íntimo). 

Todos coincideremos en  que no voy a ganar la Golden Demon presentando estas miniaturas, pero en general quedo satisfecho, para el estado en el que estaban, con su actual apariencia. Algunos podrán destacar que no me he esmerado nada en pintar las joyas de los casos, las monedas, los detalles en dorado... y diré que efectivamente es así, que no lo he hecho. Primero porque la idea general era reparar estas miniaturas y ponerlas a combatir lo antes posible. Por otro lado, quizá de forma injusta, he querido representar siguiendo el trasfondo oficial, que las fortalezas de las Montañas Grises no son tan ricas como otras fortalezas del Imperio Enano. Esa diferencia la he querido plasmar de esta manera... y no me parece mala idea. 

LOS ROMPEHIERROS

Todo lo anteriormente dicho es aplicable a esta unidad de Rompehierros. Me propuse no usar prácticamente majestuosos dorados, dejando el Gromril puro, frio y duro como el corazón de las montañas en el que se extrae. Realmente me gusta como han quedado. Tampoco es para morirse pero la homogeneindad de metálicos les hace parecer, creo, una gran masa de hierro indestructible. 

 

Como habréis visto, no es que actualicemos con mucha periodicidad, pero estoy insistiéndo a nuestro amigo Portiax para que haga una serie de entradas que, si sois amantes de la escenografía, sin duda os gustarán. 

Nos vemos en los campos de batalla.  

M.